21/3/11

Sensaciones: Raúl

'Las mujeres son pentagramas. Y tú eres un bruto de lo que será una gran obra maestra. Cinco líneas, y entre ellas, e incluso desbordándolas, se descubren, como si por azar estuvieran colocadas, notas de todo tipo. Negras, blancas, redondas, corcheas, silencios y claves aparecen desordenadas entre esas rectas. Para cualquiera sería una visión caótica, pero ay amiga, un músico sabe sacar de todo ese caos la melodía más hermosa jamás escuchada'.
Fue en ese preciso instante cuando la chica cruzó el umbral de la barra del bar, se sumergió en ella y se dirigió con una amplia sonrisa hacia Raúl. Le vapuleó, le abrazó y le dio un leve beso en la mejilla. De esos que apenas se notan, pero que se sienten muy adentro, de esos que estremecen más al sentir la respiración del adversario que con el simple roce de unos labios sobre una piel con barba de tres días.

'Mi músico, mi dulce camarero'. Al separar sus caras pudieron comprobar la relativ
idad del tiempo a través de su mirada. Y es que, si apenas duró unas décimas de segundo, para ambos fue como una de esas tardes de conversación que tenían tan a menudo. Azul sobre marrón, marrón sobre azul. Miradas que hablaban de cariño, de respeto, de amistad. Ojos que compartían, cómplices, ese gran secreto que nunca, jamás, debería salir a la luz.